En otro de mis arrebatos de narcisismo congénito decidí hacer un blog para hablar de cuanto me amo y cuanto odio todo lo demás
Últimamente (y me refiero a hoy a las 11.46 cuando abrí un diario en el que leí una columna irrelevante que me llamó la atención básicamente por que estaba bajo la imagen de un hombre semidesnudo) se ha potenciado en mi el deseo frustrado del periodismo, por que encuentro buenísimo el poder criticar las cosas con una autoridad injustificada y que te paguen por eso, porque eso hace un periodista... O no también. La cosa es que me pregunte de qué manera yo podía parecer más interesante de lo que en verdad soy y al mismo tiempo hablar de las cosas como si supiera lo que digo desde la comodidad de mi celular, porque tampoco voy a esforzarme mucho más que eso en algo que no va a leer nadie (ja-ja) y voila, un blog!
He venido a ser la Carrie Bradshaw del homosexual-cliché contemporáneo
No hay comentarios.:
Publicar un comentario